Por Ana B. Nieto / Fotos: Gerardo Romo
Hace algo menos de dos años, el dominicano Juan Camilo leyó un
artículo que contaba que en casi todos los barrios de Nueva York había una cerveza artesanal. La clave para él fue la palabra casi. “En el mío no. No en Washington Heights, Inwood, no en el norte de Manhattan”.
artículo que contaba que en casi todos los barrios de Nueva York había una cerveza artesanal. La clave para él fue la palabra casi. “En el mío no. No en Washington Heights, Inwood, no en el norte de Manhattan”.
Fue
algo que le hizo reflexionar e investigar algo que para él era entonces
un hobby casero que empezó un año antes. “Empecé a hacer cerveza con un
kit de $60 y que terminó siendo de $1,000 con las mejoras que le fui
haciendo”, explica este joven de 29 años.
Camilo
llegó con su familia a Nueva York cuando tenía seis años, se crió entre
El Bronx y el alto Manhattan. Hijo de maestra y buen alumno terminó
estudiando finanzas en Long Island. “Me interesaban los números, la
Bolsa”, cuenta. Camilo hizo lo que muchos licenciados como él, trabajar
en la banca de inversión, empezando en Credit Suisse.
En
2012, el negocio de la cerveza le empezó a llamar la atención y creó
una empresa. Tras leer el artículo, la idea fue hacer la de su barrio,
Dyckman Beer. El nombre es el de una de las calles más
importantes de la zona y en el logo figura uno de los puentes del barrio.
importantes de la zona y en el logo figura uno de los puentes del barrio.
En
agosto de 2013 creó y lanzó una pilsner que se produce una cervecería
en Connecticut. “Solo utilizo ingredientes naturales, de alta calidad”,
explica.
En 2012, el negocio de la cerveza le empezó a llamar la atención y
creó una empresa. Tras leer el artículo, la idea fue hacer la de su
barrio, Dyckman Beer. El nombre es el de una de las calles más
importantes de la zona y en el logo figura uno de los puentes del
barrio.
creó una empresa. Tras leer el artículo, la idea fue hacer la de su
barrio, Dyckman Beer. El nombre es el de una de las calles más
importantes de la zona y en el logo figura uno de los puentes del
barrio.
En
agosto de 2013 creó y lanzó una pilsner que se produce una cervecería
en Connecticut. “Solo utilizo ingredientes naturales, de alta calidad”,
explica.
En 2012, el negocio de la cerveza le empezó a llamar la atención y
creó una empresa. Tras leer el artículo, la idea fue hacer la de su
barrio, Dyckman Beer. El nombre es el de una de las calles más
importantes de la zona y en el logo figura uno de los puentes del
barrio.
creó una empresa. Tras leer el artículo, la idea fue hacer la de su
barrio, Dyckman Beer. El nombre es el de una de las calles más
importantes de la zona y en el logo figura uno de los puentes del
barrio.
En
agosto de 2013 creó y lanzó una pilsner que se produce una cervecería
en Connecticut. “Solo utilizo ingredientes naturales, de alta calidad”,
explica.
Actualmente
tiene cuatro empleados, vendedores y entregas. Dice que se ha rodeado
de buenos vendedores y ha tenido que ajustar rápidamente la distribución
que es “lo más difícil”.
A
Camilo no le gusta ser concreto con las cifras pero revela que ya tiene
planes de contratar más personas, tiene un camión de reparto y su sueño
pasa por abrir su local para degustar
la cerveza “quizá el año que viene”. Dice que le gustaría tener su
planta en Nueva York para hacer la cerveza. “Sé que es caro pero no
imposible”.
la cerveza “quizá el año que viene”. Dice que le gustaría tener su
planta en Nueva York para hacer la cerveza. “Sé que es caro pero no
imposible”.
A
corto plazo, en enero, Dyckman Beer diversificará su oferta con
cervezas estacionales, una café con leche (oscura, “muy popular en
invierno y con cuerpo”, dice) y una tipo belga. En primavera debutará
otra de cerezas.
Hay
pocos latinos en el creciente mercado de la cerveza artesanal ¿Es
Dyckman Beer latina? “Soy dominicano y vivo en Nueva York, lo que quiero
es representar el Alto Manhattan”, un área muy latina como deja claro
el deseo impreso en su caja. “We love our beer and we hope you do too.
Salud!”